miércoles, julio 20, 2005

A vueltas con la memoria histórica

Por si no bastaba con Enric Marco ahora es Amnistía Internacional, cuyos dirigentes en España no encuentran nada mejor que hacer, la que se lanza por el túnel del tiempo hasta 1.936 en busca de una cosa que llaman "memoria histórica". Pero la memoria es algo flaco, subjetivo, que elimina lo que no conviene o recrea lo que se decide conviene y en los términos que conviene. La memoria, como escribió en algún sitio Milan Kundera, no es la negación del olvido sino una forma de olvido. El peor de todos porque es un olvido selectivo, parcial, interesado. La "memoria histórica" no es sino la forma moderna que utilizan los mitómanos para justificar sus falsificaciones, seleccionando medias verdades y adornándolas con lo que haga falta. Son conscientes de que no buscan la realidad acontecida, la Historia, y por eso apelan a la memoria, realidad creada para convencer de que aconteció. Pero como no pueden confesar que están hablando de memoria, es decir, de olvido, añaden un adjetivo ("histórico" ) con el que pretenden adquirir la respetabilidad de la que carecen. Es la misma técnica lingüística que llevó a los marxistas a hablar de "materialismo científico". El adjetivo científico solo tenía por objeto revestir de cierta respetabilidad el término "materialismo". La realidad ha demostrado lo científico que era y del mismo modo que la realidad (= Verdad) ha acabado con él la "memoria histórica" de Rigoberta Menchú o Enric Marco sucumbe ante la Historia. Pero no cesan. O sí, dependiendo del carnet político del que apretó el gatillo o firmó la autorización para el paseillo. Es la esencia de la "memoria histórica": el olvido selectivo.