jueves, julio 28, 2005

El manifiesto comunista (v.2005)

Todo se renueva. Pasan los siglos y la vanguardia intelectual alcanza nuevos niveles que el resto de mortales apenas seremos capaces de entender con el tiempo, mucho más lento para nosotros, torpes ineptos engañados por el capitalismo que nos seca las neuronas. Hace 80 años, por ejemplo, dos inmigrantes italianos, ambos anarquistas, fueron arrestados bajo la acusación de robar la paga de la nómina de una fábrica de zapatos en Braintree, Massachusetts, y de haber asesinado al contable y a un guardia. Sacco y Vanzetti fueron juzgados, declarados culpables y condenados a la pena máxima. La campaña mundial para hacer del caso Sacco-Vanzetti un mito mundial se convirtió en objeto de ciega adoración, inmenso e incesante, tenazmente coordinado por el Socorro Rojo y la Komintern (la misma Komintern que estigmatizaba a los anarquistas rusos y los mandaba al gulag por ser anarquistas). Se produjeron concentraciones de protesta para gritar y llorar en las grandes plazas, una avalancha imparable de ataques contra la corrupción asesina de la justicia norteamericana, en Francia e Italia, manifestaciones en Suiza, Bélgica, España, Portugal, Escandinavia y Sudamérica. Explotó una bomba en la embajada norteamericana en París. Otra fue descubierta en el consulado de Lisboa. Los manifestantes apedrearon el consulado en Brest. Los cónsules norteamericanos en México fueron amenazados de muerte si Sacco y Vanzetti eran ejecutados. La noticia de la ejecución de los asesinos provocó una reacción inmediata en casi toda Europa. En París, el periódico comunista L´Humanité publicó una página extra que sólo decía una palabra: Assassinés! Una auténtica multitud se precipitó por el Boulevard Sebastopol arrancando farolas y rompiendo con ellas las vitrinas. Los tanques tuvieron que apostarse ante la embajada norteamericana para trotegerla. Cinco mil manifestantes llenaron las calles de Génova la tarde de las ejecuciones, destrozando coches de Estados Unidos, saqueando tiendas con productos americanos, reventando cines con películas norteamericanas. Ochenta años después noticias falsas de falsas profanaciones al Corán han provocado las mismas escenas en Yakarta, El Cairo o Rabat y la muerte de un hombre por disparos de la policía británica en medio de la psicosis por los atentados suicidas en el metro de Londres la acusación de asesinos para los agentes que trataban de evitar su entrada en el metro cargado de, creían, explosivos para causar una nueva masacre. Todo se renueva: los nombres de los mitos, ayer Sacco, hoy Jean Charles de Menezes; la ausencia de nombres de las víctimas, ayer un cajero y un guardia de Braintree, hoy cincuenta cuerpos en Londres, ochenta en Sharm el Sheij, tres mil en Nueva York; las acusaciones, las falsedades... Reconoció entonces una destacada activista de la campaña Sacco-Vanzetti cuando le preguntaron si aún esperaba poder salvarles, "¿salvar? ¿Quien quiere que se salven? ¿Qué bien nos podrían hacer vivos?" Mañana cualquiera de los esforzados trabajadores de la internacional de la mentira volverá a confesar sus verdaderas preocupaciones. ¿Qué bien nos podría hacer Jean Charles de Menezes vivo? Todo se renueva. Leo en La Haine (el odio) un manifiesto en forma de entrevista que profundiza en las perspectivas del "bloque anticapitalista de izquierdas" que llaman a construir desde Corriente Roja. Les encantan las entrevistas inventadas, tal vez porque la izquierda se nutrió con frecuente exceso de maestros y catequistas, tal vez porque creyeron que la entrevista inventada era el estilo propio de la dialéctica Hegeliana. "El socialismo por el que luchamos es un socialismo sin clases y sin géneros" No he sacado la frase de ningún contexto. La reproduzco tal cual fue escrita, tras un punto y aparte y bien separada del resto. Todo se renueva. Ayer desaparecían las clases y las cines con películas americanas. Ya no más explotadores, ni patrones, ni burgueses, ni parásitos o sanguijuelas. Todos proletarios y el resto al gulag. Pero todo se renueva y hoy, además, ya no habrá géneros (ni películas americanas, por supuesto). Por decreto desaparecerán los hombres, las mujeres, los vitalsexuales y los homovitalsexuales. Una sola clase, un sólo género. Próxima estación, un socialismo sin clases, sin géneros y sin tiempos verbales.